En cierto sentido, ‘La empresa de sillas‘ (The Chair Company) es prácticamente una nueva temporada de la extinta ‘I Think You Should Leave‘. O, quizás una ristra de sketches unidos de la misma. Ese personaje algo neurótico e incómodo con el que nos deleitó Tim Robinson en la serie de Netflix es reformulado en la persona de este Ron en la comedia de HBO Max.

La premisa, de hecho, bien podría ser uno de esos sketches ya que tenemos la historia de un jefe intermedio de una empresa que regenta centros comerciales que después de un incidente que podría haberle pasado a cualquiera y que no puedo desvelar (bueno, imagino que ya sí porque se ha estrenado pero mejor que lo veáis), se obsesiona mucho con ello. Demasiado. Más aún cuando ve algo raro cuando se pone a investigar qué ha pasado. 

I think you should sit

En el fondo, si le quitamos todas las capas peculiares, el Ron de Tim Robinson es el hombre normal y corriente que cuando algo le sale mal no duda en echar la culpa al otro y piensa que el universo conspira contra él. Normalmente cualquier otro hubiera dejado pasar ese momento de ridículo pero el giro para este personaje es que algo de razón tiene. Hay algo escamoso en todo.

Viendo ‘La empresa de sillas’ (de la cual he podido ver cinco episodios) uno se pregunta, sobre todo al comienzo, si el hecho de que la cámara esté tan centrada en Ron (hay pocas secuencias en las que no intervenga) es beneficioso a la larga. El no quitarse la sensación de estar viendo una amalgama de ‘I think you should leave’ y una sitcom en cuanto a formato. Sin embargo, creo que tampoco lo lastra.

De esta manera, episodio a episodio y en lo que se desarrolla la trama principal tenemos una suerte de cosmos de subtramas que se van desarrollando poco a poco (lo del «upskirt», la boda de la hija, etc.) y personajes cuyo concepto de límites es algo etéreo que nos son familiares a los que llevamos tiempo siguiendo al cómico. Tanto es así que la presunta conspiración, si bien nos van presentando nuevas pistas y demás, es casi lo de menos.

Si ya conoces a Tim Robinson sabes perfectamente lo que te vas a encontrar en HBO Max y uno comprueba agradecido el hecho de que le esté funcionando tan bien el cambio de formato, o de género cómico si lo vemos más correcto. Si habéis venido a por humor incómodo, ‘La empresa de sillas’ es tu sitio. Simple y llanamente.

Robinson moldea como quiere su caricaturesco personaje (y ya aviso que Ron no es de lejos lo más maníaco y extraño que hay entre el dramatis personae) y nos proporciona media hora semanal absolutamente desternillante, todo un acierto para HBO Max.

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