Es una exageración, claro, pero a veces uno podría dejar su vida en manos de Denzel Washington y sentirse plenamente seguro. Como poco su presencia como protagonista garantiza unos mínimos, llevando propuestas de películas que serían un MEH en condiciones normales a convertirse en notables entretenimientos adultos.

Si además le das una premisa que ya es casi notable, y le sumas un efectivo artesano que también eleva los proyectos que le caen, tienes un clásico entre manos. Es lo que sucede con una de sus mejores películas de este siglo, que celebra su aniversario tan potente como el primer día. Esa es ‘El fuego de la venganza’.

Fuego en la sangre

Este sensacional thriller dirigido por Tony Scott, y co-protagonizado por una joven Dakota Fanning, cumple ahora 20 años de su estreno en cines. Compuesta por elementos que podrían haber resultado bastante funcionales, pero dan una vibrante experiencia que ahora se puede repetir y ver en streaming a través de Disney+ y también en Netflix.

Un antiguo agente de la CIA está desencantado con su vida, y trata de tomarse un respiro visitando a un amigo en Ciudad de México. Allí es convencido para coger un trabajo inusual: proteger a la niña de unos padres que reciben amenazas de muerte. Este ex-agente termina entablando una buena relación con su protegida, lo que hará más personal su misión de rescate cuando esta termina siendo secuestrada.

No es precisamente la premisa más inventiva, aunque no deja de ser cierto que estamos ante un remake de una película francesa de los ochenta (’Bala blindada’). Incluso podemos ver algunos de sus elementos en películas posteriores como ‘Tyler Rake’ con Chris Hemsworth, a la que trata de parecerse pero elevando el componente de acción física.

‘El fuego de la venganza’: el entretenimiento adulto en el ADN

El Fuego De La Venganza 2004 Denzel Washington Tony Scott
El Fuego De La Venganza 2004 Denzel Washington Tony Scott

Pero películas como esa no cuentan con esa nerviosa adrenalina que imprime Scott, que hace aquí la primera otra de sus muchas (y muy notables) colaboraciones con Washington. Director y actor tienen en su ADN las claves para hacer excitantes estas películas, con los componentes de entretenimiento adulto llevados a su faceta más inquieta y adrenalítica.

Funciona también en su faceta más pequeña, la de la conexión con la niña, que podría ser el eslabón débil en cualquier otra película pero aquí funciona hasta yendo con esteroides. Ayuda que el talento precoz de Fanning le permite tener una actitud de señora mayor en cuerpo de infante con la que generar una buena dinámica con Washington. Sumamos una acción explosiva y eléctrica y obtenemos este pelotazo.

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