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Valoración

Sigo en la búsqueda del drama romántico adolescente que borre el mal sabor de boca que me han dejado producciones recientes como, sin ir más lejos, Culpa Tuya de Prime Video. Por lo poco que había podido ver, Mala influencia podría llegar a ser una refrescante excepción en un género manido en el que cuesta diferencias las películas que forman parte del mismo ¿Ha sido así? Te lo cuento en esta crítica.


Sinopsis de Mala influencia

  • Fecha de estreno: 24 de enero en cines
  • Género: Drama, Romance
  • País: España
  • Año: 2025
  • Dirección: Chloe Wallace
  • Reparto: Alberto Olmo, Eléa Rochera, Mirela Balić, Farid Bechara, Sara Ariño, Fer Fraga, Mar Isern, Sélam Ortega, Clara Chaín, Enrique Arce

En Mala influencia, Reese Russell (Eléa Rochera) disfruta de la vida perfecta, pero todo se complica cuando comienzan a suceder una serie de sucesos extraños a su alrededor y empieza a recibir amenazas anónimas. Su padre, Bruce (Enrique Arce), debe buscarle un trabajo al joven criminal Eros Douglas (Alberto Olmo), y decide encargarle la protección de su hija. Así, el temido Eros se convierte en el nuevo guardaespaldas de la inocente Reese. Ambos pertenecen a mundos muy diferentes, pero cuando están juntos sienten una química especial. ¿Habrá sido una buena idea juntarlos?

Sobre la película

Interpretada por Alberto Olmo (El Agua, de Elena López Riera) en el papel de Eros y la debutante Eléa Rochera como Reese, la película promete cautivar a la audiencia con una historia llena de romance, tensión y un amor ¿imposible?

El reparto lo completan Mirela Balić, Farid Bechara, Sara Ariño, Fer Fraga, Mar Isern, Sélam Ortega, Clara Chaín y Enrique Arce, entre otros. Como describe la guionista y directora Chloé Wallace (Un cuento perfecto), “es una oportunidad y un orgullo poder contar estas historias teen con una mirada femenina, evitando todo lo tóxico que hemos consumido desde que somos adolescentes y siendo fieles a esa etapa de la vida llena de emoción pura.”


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Crítica

Mala Influencia adapta la novela de la escritora anónima teennsspirit, y viene a engrosar el catálogo de dramas románticos para adolescentes que parecen sacados de una fábrica de clichés, con la misma receta de siempre: chico malo, chica pija, química forzada y conflictos predecibles. Aquí, Chloe Wallace, en su intento de reescribir el tópico de «a tres metros sobre el cielo«, nos ofrece una cinta que fracasa en todo menos en recordar que el género ya está completamente agotado.

Referente al reparto, con Alberto Olmo intentando ser el típico malote traumatizado que, más que intimidar, provoca risas involuntarias. Su interpretación de Eros Douglas es tan plana como un folio A4. Eléa Rochera, que interpreta a Reese, si bien está algo mejor, tampoco brilla demasiado. Aunque intenta dar un aire de inocencia a su personaje, termina recordando más a alguien que no ha aprendido sus líneas. Tampoco consigo entender esa manía de poner a intérpretes de veintitantos como adolescentes de 17 años, supongo que forma parte del género.

En cuanto a los secundarios, Enrique Arce haciendo de padre duro impone menos que un policía en el Grand Theft Auto. Culpa, quizá, de que en lo personal me cuesta quitarme de la cabeza su interpretación de Arturito en La Casa de Papel. Para rematar, ese constante susurro en los diálogos (marca registrada del cine español) hace que uno no sepa si están actuando o conspirando.

El guion es un revoltijo de situaciones absurdas y giros de trama que no sorprenden a nadie. La relación entre Reese y Eros se desarrolla a la velocidad de la luz, como si alguien hubiera pulsado el botón de «adelantar» en la historia. En un momento están desconfiando el uno del otro, y al siguiente se ponen a cantar en el coche con miradas cómplices.

La dirección de Wallace tampoco ayuda. Parece que ha querido «modernizar» el drama romántico, pero lo único que logra es amontonar escenas que parecen videoclips de C. Tangana. Ah sí, ya que hablamos del Madrileño, como ocurre en varias producciones del género, su música también se deja oír por aquí, como si fuera otro nuevo tópico más del género.

Y si creías que la cosa no podía empeorar, llega el final. Esa escena del villano dando un discurso interminable tras noquear al protagonista con un empujón irrisorio. Todo un insulto a cualquier espectador que haya aguantado hasta ese punto.

Lamento ser tan vinagre con esta película, de verdad, pero es que ya estoy agotado. Mala Influencia es un compendio de todo lo que está mal en este tipo de películas: personajes acartonados, un guion que roza el ridículo y actuaciones que, en ocasiones, parecen sacadas de una obra escolar.

Lo único bueno de esta experiencia es que, en algún momento, termina.

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