Aunque las críticas a las adaptaciones cinematográficas de ‘Cincuenta sombras de Grey’ fueron atroces, las películas fueron un éxito en taquilla. Los intentos de emularlas han llegado con bastante retraso, como lo fue en su momento ‘365 días’ (esa aberración que causó furor en Netflix) o ahora ‘Pídeme lo que quieras’, la adaptación de una popular saga erótica que salió al calor del fenómeno de E.L. James.

50 sombras de Eric

Nos guste más o menos, es indudable que ‘Cincuenta sombras de Grey’ marcó un hito en el panorama literario e inició la moda de la novela «eróticorromántica» allá por 2011, que cogía elementos del género erótico y el chick-lit dando lugar a historias donde el romance era el foco principal, pero que también incluían un fuerte componente sexual (más o menos explícitas en función de la obra y las autoras).

Como ya sucediera en 2008 con las novelas de romance paranormal juvenil que surgieron a raíz de ‘Crepúsculo’ (de hecho, la propia ‘Cincuenta sombras’ era un fanfic de la novela de Stephenie Meyer), la saga de James inició una oleada de libros con historias similares que repetían muchos de sus elementos (ya fuera el BDSM, el romance con el millonario o los personajes con traumas).

Algunas de las más populares fueron sagas como ‘Crossfire’ de Sylvia Day o, por estos lares, ‘Pídeme lo que quieras’ de Megan Maxwell.  La primera novela salió en 2012 y no tardó en convertirse en trilogía tras el éxito cosechado en librerías. Todavía le seguiría un cuarto y un quinto libro, además de un par de libros complentarios entre los que estaba (¿cómo no?) la versión de la historia desde el punto de vista del personaje masculino.

La historia nos presentaba a Judith Flores, una joven oficinista que se cruza en el camino de Eric Zimmerman, un poderoso ejecutivo alemán que viaja a la sucursal española de su empresa tras la muerte de su padre. La chispa surge entre ambos y ella decide aceptar la propuesta de entrar a formar parte de sus juegos sexuales, en los que descubrirá a su voyeuse interior.

Confieso que yo me bajé de este carro hace tiempo (porque, como muchas sagas de esa época, quemaron todos los cartuchos de trama en el primer libro y luego los siguientes cayeron en la repetición de esquemas con poco acierto) pero, al menos el primer libro de la saga, sí que me pareció un soplo de aire fresco en su momento.

Pideme
Pideme

La trilogía original (más adelante ampliada con más libros) y los actores de la adaptación

No tanto por el argumento en sí, que al final volvía a a los tópicos ya tratados en otros libros similares, explorando otras prácticas sexuales «poco habituales» (lo digo ambiguamente para no adelantar una de «las sorpresas» de la historia), sino por tener una protagonista más divertida y lanzada en comparación con alguien con tan poco carácter como Anastasia, y que conseguía poner el punto cómico en todo momento (eso sí, en el tráiler de la película, el humor brilla por su ausencia).

Esta adaptación llega 12 años después de aquel primer libro, con Gabriela Andrada (‘Culpa tuya’) como Judith y Mario Ermito (‘Élite’) como Eric. El reparto lo completan Paco Tous (‘La casa de papel’), Celia Freijeiro (‘Reina roja’) y David Solans (‘Merlí’).

La película se ha estrenado este mismo viernes 29 de noviembre en salas españolas y dura 114 minutos. Está dirigida por Lucía Alemany (‘La inocencia’) y guionizada por Ivy Hesh, Vivian Dakota y Marina Martín Laguna, que se han encargado de adaptar la novela original de Maxwell al cine. Aunque sea con retraso, queda por ver si consigue resucitar el fenómeno que fue, a la par que atraer a un nuevo público en cines.

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