Habiendo ayudado a lanzar la carrera de muchos niños actores y produciendo varias de las series clave de la infancia millenial, Televisa es una fábrica de sueños en la que trabajar tiene un alto coste. Actores como Allisson Lozz lo han sufrido y quisieron retirarse por completo, y para otros como Fabián Chávez fue un gran bache en su vida.
Durante un tiempo Chávez fue muy conocido por los seguidores de la cadena. Tuvo un primer rol clave a los 11 años en ‘Cómplices al rescate’ donde interpretó a Joaquín Olmos, en el que no solo dio sus dotes interpretativas sino también musicales, cantando canciones como «Ha llegado a mí el amor».
La música fue también lo que le ayudó a conseguir su segundo gran proyecto: ‘Código F.A.M.A’, el show de talentos donde actuó de conductor además de realizar la intro. Duró cuatro temporadas y lo unió a otras caras conocidas de la cadena como Ernesto Laguardia o Wendy González.
Ya con 18 cuando trabajó en su segundo gran proyecto ‘Central de abasto’. Lo hizo ya con dieciocho años y con un sacrificio personal. Su padre, quien había estado con él desde el principio casi como un manager, se volvió a Monterrey y él se quedó solo en Ciudad de México para filmar la serie.
Fue entonces cuando comenzó una de las etapas más caóticas de su vida. Fabián estaba teniendo problemas con lidiar con la fama y eso unido a su juventud inició una etapa de fiestas y descontrol. «clavé con el alcohol… o sea, no que fuera un alcohólico, pero era mi escape». Cuando no era el alcohol, eran los antidepresivos y ansiolíticos. En aquella espiral decidió alejarse de los focos.
«Te hacen sentir muy especial, tan especial que cuando dejas de estar ahí en los reflectores, sí sucede una parte muy vacía porque sientes que tu vida depende de los aplausos, de los gritos y de todo eso, aunque uno no lo desea, no llegas con el afán de ser famoso pero sí te come, sí te come por completo el estar en el foco público todo el tiempo«.
A pesar de este gran bache en su vida, la historia no tiene un final triste. A día de hoy tiene Fabián tiene 35 años y aunque su fama ha disminuido, sigue trabajando en el mundo del espectáculo tras haber pasado un buen tiempo fuera. Al igual que su padre volvió a Monterrey para reconectar con su hogar, y comenzó una nueva etapa en el teatro y fuera de la interpretación.
Imagen de portada: Fabián Chávez (IG)