Es hasta un mantra que se repite una y otra vez aquello de que no todas las mejores series tienen el reconocimiento o la popularidad que se merecen. Con ‘Somebody Somewhere‘ tenemos uno de esos grandes ejemplos. La serie de HBO (que vemos a través de Max) acaba de estrenar su temporada 3 y final manteniendo, e incluso aumentando, su calidad.

De hecho, en portales como RottenTomatoes cada temporada cuenta con un 100%, más que merecido en mi opinión ya que esta despedida potencia todos los elementos con los que la cotidianeidad de Sam (Bridget Everett), Joel (Jeff Hiller) y compañía nos ha abrazado reconfortantemente desde su debut en 2022.

Llegó con calidez en un momento oportuno (justo cuando cerramos el capítulo «pandemia y consecuencias») tocando temas propios del slice of life que en cuerpo y alma es con mucha profundidad y luminosidad en lo que presenciábamos la historia de una mujer en sus 40 que regresa a su pueblo natal tras una tragedia y se ve, en un principio, como forastera en su hogar.

Cambiar y arraigarse

Quizás uno de los tropos con los que nos topamos más a menudo con series como esta es esa pátina de despedida que se le suele dar y que termina empapando todo… a veces hasta caer en lo intensamente melancólico. Algo en lo que podría haber caído, perfectamente ‘Somebody Somewhere’, pero el guion de Hannah Bos, Paul Thureen y Everett aboga por hablar más sobre el cambio y la aceptación del mismo.

No hay más que echar la vista atrás y ver cómo, si bien hay cosas que se mantienen (sigue habiendo duelo), ha habido evolución en Sam y el resto de la panda. Los primeros episodios (he podido ver 6 de los 7 que componen esta temporada 3) enfrentan a Sam al cambio. A la resistencia al cambio de los demás, más en concreto, por lo que eso supone en la red de seguridad que se ha construido la protagonista.

Cambios que, por otro lado, ya se presentaron durante la temporada 2 (y provocó un distanciamiento entre Sam y Joel) pero aquí se trasladan a un siguiente nivel. Después de vivir el duelo, esta remodelación por llamarlo de una manera de la zona de confort de la protagonista hace que esta asuma que llega el momento de considerar decisiones cara a su futuro. Quizás es el momento de arraigar.

Imagino que muchos de vosotros, como un servidor, ha tenido una experiencia similar: no es lo mismo estar de paso que llegar para vivir a una nueva ciudad o incluso país. Así como no es lo mismo tu primer año que el tercero, cuarto… ‘Somebody Somewhere’ retrata muy bien ese paso del tiempo y esa relación con los que acabas de conocer y se convierten en parte de tu familia.

Todo esto realizado de forma brillante y sin olvidar que en el centro de la serie, el corazón es la relación entre Sam y Joel, que sigue siendo de lo mejorcito. Ya desde el principio de la ficción ha funcionado tan bien que es como cuando ves a tus mejores amigos pelearse y reconciliarse.

Somebody Somewhere T3 Perrete
Somebody Somewhere T3 Perrete

«Sensiblerías» aparte (la verdad es que pocas series se me ocurren que trabajen tan bien el apartado emocional), ‘Somebody Somewhere’ no deja de ser ese toque mágico, tierno y tan real como la vida misma. La comedia es tremendamente orgánica, como cuando te juntas con los amigos y de repente pasas de una conversación tremendamente seria a partirte de risa.

En definitiva, la temporada final de ‘Somebody Somewhere’ es absolutamente brillante, tierna y reconozco que me va a costar ver el episodio final. Parte de mí no quiere despedirse.

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