El Ejército sirio cerró el aeropuerto y todas las carreteras que conducen a la ciudad ante la llegada de rebeldes que se oponen al Gobierno de Bashar al-Assad. Estos clamaron presencia en varios barrios de la urbe, la segunda del país, tras haberse hecho con unas 50 localidades del norte. Tres días de enfrentamientos dejan al menos 287 muertos.

Alepo vuelve a ser el centro de la guerra en Siria.

Grupos yihadistas e insurgentes, liderados por el grupo militante islamista Hayat Tahrir al-Sham y respaldados por sus aliados turcos, entraron este 29 de noviembre por primera vez en ocho años a Alepo, en el norte, la segunda ciudad del país, que vive una guerra civil desde 2011.

Ante la llegada de los rebeldes el Ejército cerró las principales vías de acceso a la ciudad, así como el aeropuerto, de acuerdo a la agencia de noticias Reuters, citando a tres fuentes militares. Las mismas fuentes dijeron que los militares recibieron órdenes de «retirada segura» de las principales zonas de la urbe a las que han entrado los rebeldes.

Las fuentes militares también informaron a Reuters que Rusia, aliado clave de Assad, prometió a Damasco ayuda militar para neutralizar la embestida de los rebeldes, que comenzaría a llegar a Siria en las próximas 72 horas.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó horas antes que los rebeldes habían logrado entrar «en cinco barrios de la ciudad de Alepo», los cuales son Hamdaniya, Nuevo Alepo, 3000 Appartments, Jamiliyeh y Salah al Din. La ONG indicó que lo hicieron «con un gran número de combatientes», mediante ataques suicida con coches-bomba.

Desde que los rebeldes lanzaron su primera gran ofensiva contra las tropas gubernamentales en cinco años-el pasado miércoles 27 de noviembre-los yihadistas y sus aliados han capturado más de 50 villas y pueblos en el norte de Siria, lo que representa la mayor pérdida de territorio por parte del gobierno en años.

Al menos 287 muertos en tres días de combates

La toma de localidades ocurre en medio de los bombardeos de los yihadistas apoyados por Turquía, en el marco de su ofensiva relámpago contra las fuerzas del régimen de Bashar al -Assad, respaldado por Irán y Rusia.

Al menos 277 personas han muerto, la mayoría combatientes. Entre ellos, 159 rebeldes, 100 miembros de las fuerzas del régimen de Bashar al-Assad y sus milicias aliadas, pero también 24 civiles, entre los cuales cuatro niños y tres mujeres, según la más reciente actualización del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) con sede en Reino Unido, y que desde hace años monitora la guerra con fuentes en el terreno.

Los combates son unos de los más letales en años. La mayoría de los 24 civiles muertos, fueron asesinados durante los ataques aéreos rusos, subraya el monitor de guerra.

Este viernes, los rebeldes entraron en los distritos occidentales de Alepo, una ciudad de unos dos millones de personas que era el centro manufacturero de Siria antes de la guerra.

«Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y facciones aliadas (…) pudieron entrar a las afueras de los barrios de Al-Hamdaniya y Nueva Alepo después de llevar a cabo dos ataques suicidas con dos coches bomba», reportó el OSDH.

HTS, una alianza yihadista liderada por la antigua rama siria de Al-Qaeda, bombardeó una residencia de estudiantes en la ciudad, matando a cuatro civiles, informaron los medios estatales.

“Tenemos miedo de que estalle la guerra”

En medio del avance de los yihadistas y sus aliados, aviones de guerra sirios y rusos lanzaron intensos ataques aéreos contra el enclave rebelde en torno a Idlib, donde se encuentran los yihadistas, y realizaron 23 incursiones, según el Observatorio.

Los refuerzos del Ejército de al-Assad ya han llegado a Alepo, señaló a AFP un responsable de seguridad sirio, que habló bajo condición de anonimato.

Un comunicado de la institución castrense indicó que las tropas habían repelido el asalto a la ciudad y recuperado algunas posiciones.

Por su parte, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios afirmó que «más de 14.000 personas han sido desplazadas, casi la mitad de ellas son niños» por la violencia.

Sarmad, un residente de Alepo de 51 años, aseguró que podía escuchar «los sonidos de los misiles y los bombardeos de artillería las 24 horas del día».

«Tenemos miedo de que estalle la guerra y nos volvamos a desplazar de nuestros hogares», recalcó.

Nasser Hamdo, de 36 años, que trabaja en una pastelería, señaló que había estado atento a las noticias desde que comenzaron las hostilidades.

El jueves 28 de noviembre, los yihadistas y sus aliados cortaron la autopista que une Alepo con la capital, Damasco, a unos 300 kilómetros al sur, indicó el OSDH.

«Nos preocupa que el bloqueo de las carreteras pueda provocar un aumento de los precios del combustible e impedir que los productos lleguen a la ciudad», destacó Hamdo.

La intervención de actores internacionales

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, calificó este viernes la situación en Alepo como «una violación de la soberanía de Siria» y expresó su apoyo al «gobierno de Siria para que restablezca rápidamente el orden en este distrito».

El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, prometió «apoyo continuo al gobierno, la nación y el Ejército de Siria», en una llamada telefónica con su homólogo sirio, Bassam al-Sabbagh, según un comunicado.

La zona de Idlib ha estado sujeta a una tregua negociada por Turquía y Rusia desde 2020. Sin embargo, el alto el fuego ha sido violado repetidamente, pero se ha mantenido en gran medida.

Un corresponsal de la AFP en el enclave rebelde vio a los yihadistas avanzando en tanques mientras se producían intensos intercambios de disparos en una zona a solo siete kilómetros de Alepo.

Las imágenes de la agencia mostraban tanques del ejército abandonados y otros vehículos militares.

El corresponsal agregó que los yihadistas y sus aliados apoyados por Turquía recibían órdenes de un comando de operaciones conjuntas.

Entretanto, el analista Nick Heras, del New Lines Institute for Strategy and Policy, que los combatientes estaban «tratando de anticiparse a la posibilidad de una campaña militar siria en la región de Alepo».

Según Heras, el gobierno sirio y su principal apoyo, Rusia, se habían estado preparando para la ofensiva en curso.

Rusia intervino en Siria en 2015, cambiando el curso de la guerra civil que estalló cuatro años antes a favor del gobierno, cuyas fuerzas en ese momento habían perdido el control de la mayor parte del país. AFP

 



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