Tom Hanks lleva más de cuatro décadas regalando interpretaciones inolvidables y afrontando papeles de enorme exigencia, que van desde el capitán John H. Miller en ‘Salvar al soldado Ryan‘ hasta el náufrago solitario de Robert Zemeckis. Sin embargo, no fueron ni las trincheras de la Segunda Guerra Mundial ni una isla desierta lo que le llevaron al límite de su carrera como actor, sino una escena mucho más normalita junto a un perro.

Hablar con perros es agotador

En una entrevista de hace unos años cuyas declaraciones se recogen en SlashFilm, Hanks confesó que la escena más agotadora de rodar en toda su trayectoria fue una de Socios y sabuesos‘ (‘Turner & Hooch’ en inglés), la comedia de 1989 en la que interpretaba al detective Scott Turner y compartía pantalla con un mastín francés que había presenciado un asesinato. Así lo recordaba el actor:

“Fue la experiencia más física, agotadora y lenta. Y como solo podía transcurrir en el mundo real, no hay posibilidad de CGI; ni hay ningún doble involucrado en la escena”

El resultado fue una escena memorable, rodada al aire libre y en la que había muchísimas babas. Aunque para llegar a eso, el actor tuvo que maniobrar con un animal de más de 45 kilos mientras seguía concentrado en su interpretación.

“Éramos solo Beasley, el perro que interpretaba a Hooch en ese momento, y yo. Había cámaras fijas y fue agotador porque solo estábamos ese perro y yo en cada parte del proceso. Ocurrió en tiempo real, durante varias horas, y al final acabé hecho papilla, y además estaba a tope todo el tiempo. Tenía que mostrarme aterrorizado de este perro al mismo tiempo que lo controlaba” 

Amigos para siempre

'Socios y sabuesos'
'Socios y sabuesos'

Aunque el rodaje tuvo momentos de auténtico desgaste, la relación entre Hanks y el perro protagonista acabó siendo estupenda. De hecho, el director Roger Spottiswoode explicó en unas declaraciones recogidas por el mismo medio que la conexión entre el actor y los animales que participaron en el rodaje fue clave para que la película funcionara, y que la química que se ve en pantalla es fruto de esa complicidad real, que va mucho más allá del caos que vemos en pantalla. No fue solo solo un desafío físico, sino también un ejercicio de confianza mutua.

Esto fue lo que acabó convirtiendo ‘Socios y sabuesos’ en un clásico de los 80 y también ayudó a consolidar a Hanks como una estrella de la comedia familiar tras el éxito de ‘Big’. Con humor, ternura y una dinámica propia de una amistad imposible, la película trascendió más allá de su premisa y reforzó el prestigio de un actor destinado a convertirse en uno de los grandes iconos del cine. Para todo el que quiera recuperarla, está disponible en Disney+.

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